Separado de ti...


Separado de ti amado Jesús nada puedo hacer
Si hay algo que no puedo extraer de mi mente es mi más grande recuerdo de aquella alegría que rebosaba en mí, esa alegría provenía de depender de mis padres, no me preocupaba por nada, tan solo me aferraba a sus cuidados, a su afecto, a sus tiernas palabras y yo hacía lo que ellos me decían que haga. En la escritura tenemos el más claro ejemplo de dependencia; “Jesús el hijo de Dios” quien muy a menudo declaraba que todo lo que hacía no era por Él mismo sino por el Padre.
“Por eso Jesús, respondiendo, les decía: En verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera”. Juan 5:19
Hay un tema muy peculiar que estremeció mi ser la primera vez en el cual oí hablar de este “El Método Mamá Canguro” Como sabemos cuándo un niño nace antes de tiempo a este lo mantienen con vida dentro de una cámara cerrada de material transparente (incubadora) por medio de este los médicos tienen acceso a monitorear el control de peso, respiración y la actividad cerebral del neonato.

 El Método Mamá Canguro surge como una alternativa a los cuidados en dicha cámara cerrada (incubadora). El método consiste en que mamá o papá se mantengan en contacto piel a piel con el neonato, de manera que puede alimentar, estimular y brindarle protección a su bebé lo cual jamás se comparará a una incubadora ya que el calor y el afecto de los padres llevan consigo buenos beneficios como; mantener la temperatura corporal del bebé, regular el ritmo cardíaco y respiratorio, disminuir las infecciones y uno de los beneficios más importantes es que disminuye el riesgo de muerte y el tiempo de hospitalización. Es hermoso saber que tan solo los cuidados y la dependencia que tiene el recién nacido a su padres lo mantiene con vida.

Siento que mi corazón se me hace muy pequeño al saber que aquellos indefensos niños solo dependen del amor que les brinda sus padres. Es para mí uno de los actos más bellos y nobles que los tales pueden hacer por su bebé. La vida de los neonatos depende de ellos que de seguro se entregan por completo al cuidado de sus pequeños.

Muchas veces tendemos a creer que Jesús está lejos, que su protección solo está al otro lado del mundo pero no nos damos cuenta que Él está aquí, muy cerca de ti. El no poder verlo ni escuchar su voz audiblemente no quiere decir que distante de nosotros. La Biblia nos dice que Él está en todas partes, que tiene todo el poder y que lo conoce todo. Jesús anhela que tú dependas de Él. El Hijo de Dios quiere cuidarnos, desea que nos entreguemos a sus brazos de amor para aprender a vivir por completo de Él. Su protección lleva en si muchas bendiciones de las cuales Dios quiere que seamos participes.

Jesús es nuestro más claro ejemplo de dependencia al Padre. Aunque Él tenía todo el poder para hacer milagros por sí solo, no lo hizo así, sino que se dedicó a hacer lo que Dios le ordenaba. Recuerdas que comencé diciendo que me encontraba satisfecha cuando era niña y lo único que hacía era dejar que mis padres me cuidarán. Pienso que Jesús también se sintió satisfecho al depender de su Padre.

Hoy te quiero animar a que dejes a un lado todos aquellos pensamientos o sentimientos que te hacen creer que Jesús está muy lejos. Los neonatos se mantienen vivos al estar en contacto con mamá o papá y si permanecen alejados de ellos dejan de vivir, de tal manera sucede con nosotros… alejados del Maestro nada podemos hacer, no somos nada, pues por él vivimos, tal como lo declara su palabra en Juan 15:5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”

¡Disfrutemos y alabemos al Señor por sus cuidados! Ya no te resistas y deja que sus brazos llenos de amor te cubran

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