La buena tierra
El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron. Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron. Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga. Lucas 8:5-8
Estoy
segura de que muy a menudo te dicen que tienes que obedecer a Dios, a su
palabra, a sus mandamientos y ya sabes, buscar su voluntad en todo. Quizás, en
este momento se te está haciendo difícil poner en práctica su palabra. Pero para
poder cumplir con los mandatos de Dios, es necesario que la buena tierra de tu
corazón este limpia solo de esta manera la semilla del Señor crecerá dando
buenos frutos.
En
una ocasión Jesús de Nazareth enseñaba a la multitud que le rodeaba la parábola
del sembrador que aparece en los tres Evangelios Mateo, Marcos y Lucas. Con
esta, Jesús quien dio la interpretación de la misma enseñaba los diferentes
terrenos donde cae la palabra de Dios, los cuales describiré a
continuación.
Junto
al camino. (Lucas 8:5 – Lucas 8:12)
La semilla que cayó junto al camino fue pisoteada
y luego las aves del cielo se la comieron. Aquellos que escuchan la palabra de
Dios y tienen su corazón endurecido no logran entender el mensaje del Señor es
por eso que viene el diablo y quita de ellos la semilla sembrada. Estas
personas oyen con dificultad el mensaje, no lo entienden y terminan no creyendo
en el mismo.
Sobre
la piedra. (Lucas 8:6 – Lucas 8:13)
Sobre las piedras suelen
existir capas delgadas de tierra donde una semilla puede crecer. La que cayó
sobre la piedra creció y se secó pronto porque no tenía profundidad ni humedad.
Hay quienes escuchan el mensaje de Dios y lo reciben con alegría pero en tanto
que sale el sol es decir cuando aparecen las preocupaciones y los diferentes
problemas de la vida abandonan el Evangelio. Estas personas oyen, entienden,
pero solo creen por poco tiempo.
Entre
espinos. (Lucas 8:7 – Lucas 8:14)
Los
espinos crecieron con la semilla pero estos la ahogaron. Cuando la palabra del
Señor es sembrada en aquellos, crece pero juntamente con la semilla de Dios
crecen los espinos que son las riquezas, las preocupaciones y los placeres de
la vida de tal manera el mensaje no entra directamente al corazón y así no
produce raíces fuertes ni mucho menos da frutos. El creyente oye la palabra,
entiende, cree pero su corazón está contaminado.
Buena
tierra. (Lucas 8:8 – Lucas 8:15)
La semilla que cayó en
buena tierra, creció y produjo una
cosecha a ciento por uno. El verdadero creyente, el genuino es
aquel que está dispuesto a retener la palabra de manera que si las adversidades
se presentan en su vida, este pueda seguir confiando y esperando en Dios. El
que permanece obediente a la palabra del Señor en su momento dará buenos
frutos. Aquellos de corazón recto y bueno oyen el mensaje, entienden, creen,
permanecen obedientes y cosechan lo que Dios ha sembrado en ellos.
La disposición que tenga nuestro corazón al
recibir la palabra de Dios determina si la ponemos en práctica o no. Si en
estos momentos se te hace difícil obedecer a Dios, pídele a Él que te revele
como se encuentra tu interior. Si solo escuchas el mensaje pero tu corazón esta
endurecido o si en estos momentos, estas atravesando problemas y has abandonado
el Evangelio pero cuando el Señor te alcanzó estuviste gozoso o si tu corazón
está contaminado y no puedes seguir a Jesús como deberías, quiero que sepas que
solo El Señor Dios Todopoderoso puede cambiar el terreno de tu corazón para que
este pueda ser la buena tierra donde su palabra crezca dando frutos al ciento por uno.
Ora al Señor tal como lo
hizo el salmista “Examíname, oh Dios, y
conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí
camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno” Salmos 139: 23-24
(RVR1960). Solo Dios sabe lo que hay en tu corazón y solo Él puede extraer
de ahí lo que te esta contaminando para que así puedas obedecer su
palabra.
¿Cómo se encuentra tu
corazón hoy? Recuerda que solo Dios puede cambiar la tierra de tu interior.