De perseguidor del evangelio a proclamador del mismo
Cuando el pecador es llevado a una
percepción adecuada de su estado y conducta, se arroja totalmente a la
misericordia del Salvador.
Matthew Henry
Matthew Henry
Los
del camino así les llamaban a los seguidores de Jesús porque la fe en Cristo
no es algo adquirido, estático o pasivo sino más bien algo dinámico, activo, en
movimiento. Estamos en continuo cambio hasta llegar a la estatura de varón
perfecto. Tal como Proverbios nos enseña que “…la senda de los justos
es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el
día es perfecto.” (Proverbios 4:18) Estas personas eran perseguidas hasta la
muerte para que cesaran de anunciar que Jesús es el Mesías puesto que los
judíos no aceptaban tal mensaje. La Biblia dice que Cristo vino a los suyos,
pero los suyos no le recibieron.
Saulo
de Tarso era un judío que perseguía a la Iglesia “Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando
casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel.”
Hechos 8:3 Evidentemente este hombre estaba cegado por el enojo de que se
anunciara al Mesías hecho hombre tanto así que no perdía la oportunidad de
capturar a seguidores de Jesús. A causa de esta persecución los del camino
fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria e iban anunciando las
buenas nuevas.
En
una de sus oportunidades de perseguir a los cristianos, Saulo se dirigía a
Damasco a encarcelar a cuantos podía. Inesperadamente una luz del cielo lo
rodeo. Era la misma presencia de Dios cautivándolo por completo, este encuentro
repentino de Jesús con Saulo cambio por completo el rumbo de su camino, bueno
de su vida entera. El intrigado por conocer quien le hablaba se encontró que el
mismo Jesús a quien perseguía lo estaba llamando. Lo imaginas que aterrador tuvo
que haber sido ese momento.
La
actitud temerosa de este hombre se denota cuando él le pregunta “Señor ¿Qué
quieres que yo haga? ¡Estaba atrapado!, sin esperarlo tuvo un encuentro
personal con Jesús. Esa forma que Dios tiene de llamar inesperadamente a los
suyos es causa de gozo porque nosotros mismos no somos capaces de buscar al
Señor. Aquel acercamiento con el Mesías lo llevo a conocer su condición. Un
comentarista lo expresa de esta manera:
Cuando el pecador es llevado a una percepción adecuada de su estado y conducta, se arroja totalmente a la misericordia del Salvador.
Matthew Henry
Esto
fue lo que llevo al arrepentimiento a Saulo. Se encontró que no tenía más salida
que arrojarse a los brazos de Jesús. Si tu hoy estas atrapado en tu pecado
déjame decirte que no tienes más salida que entregarte a su misericordia. No
hay nadie más que pueda perdonarte, no hay nadie más que pueda limpiarte de
toda maldad, no hay nadie, solamente Jesucristo. La biblia dice que Saulo no
quiso comer ni beber nada. ¡Qué cambio mental y de corazón debió
sufrir este judío! ¡Empezaba su transformación de perseguidor del evangelio a
proclamador del mismo!
Enseguida entró en las sinagogas a
proclamar que Jesús es el Hijo de Dios. Todos los que lo escuchaban se
asombraban y decían: «¿No es este el mismo que en Jerusalén perseguía a muerte
a los que confían en Jesús? ¿Acaso no vino a arrestar a los seguidores de aquí
y a llevarlos ante los jefes de los sacerdotes?» Sin embargo, las palabras
de Saulo eran tan bien argumentadas que confundía a los judíos que vivían en
Damasco. Ellos no lo podían contradecir cuando él afirmaba que Jesús es el
Mesías.
Jesús
cambio la vida de este hombre por completo, se arrepintió y fue bautizado. En
seguida empezó a proclamar la verdad del Evangelio, exalto al Cristo que el
mismo perseguía. La obra que hace Dios por medio de Jesús en nuestras vidas es
realmente sorprendente. Solo Él puede cambiar nuestro terco corazón. En esta escena podemos ver que Saulo era un
asesino que Jesús estaba buscando para perdonarlo y que viva para Su gloria. La
vida de este pecador era importante para Cristo por eso Él lo llamo al arrepentimiento
y luego lo empezó a formar para que viva rendido al Rey de la creación.
Si
hoy notas cuanta maldad hay en tu corazón, entonces ve corre al Dios lleno de
misericordia, pídele que te perdone y empieza a vivir proclamando la verdad del
Evangelio que solo Cristo puede salvar al pecador.