La luz de la vida
Y
dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz
Génesis 1:3
Génesis 1:3
En muchas ocasiones desde que era pequeña he leído el
capítulo 1 del libro de Génesis, he comprendido que la creación de Dios muestra
su poder y su gloria pero hay algo que parece haber estado escondido a mis
ojos. En Génesis 1:3 dice “Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz”
pero, ¿cómo pudo alumbrar esa luz la tierra el primer día si al cuarto día el
Señor creo las lumbreras?
“E
hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el
día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las
estrellas. Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la
tierra, y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las
tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día cuarto”
Génesis 1:16-19 RVR1960
Un sinnúmero de veces
pase por alto ese pequeño detalle. Aquella luz que alumbró la tierra los tres
primeros días es Jesús. Llenó cada rincón de este mundo con el esplendor de su
santidad mostrando así su gran poder. Tal cual pasará el día en que disfrutemos plenamente de su presencia allí
arriba en los cielos Jesús nos iluminara con su esplendor como está escrito en
Apocalipsis 22:5
“No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz
de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y
reinarán por los siglos de los siglos.”
La verdad es que tenemos
un Dios asombroso. El salmista reconoció la grandeza de nuestro Dios cuando
dijo: “Te alabaré; porque formidables,
maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien.”
Salmos 139:14 RVR1960
Mi habitación es muy
oscura por eso cuando me levantó por las noches a tomar un vaso con agua,
usualmente me golpeo los pies con la base de la cama porque no veo nada hasta
que enciendo la luz y bum! Todo se ilumina y puedo ver donde realmente me
golpee. Lo que quiero decirte con esto es que así pasa con nuestras vidas,
caminamos con inseguridad porque no sabemos a dónde podemos golpearnos pero
cuando dejamos que Jesús ilumine nuestro camino cambia todo tenemos la
seguridad de que cada paso que damos es el correcto porque es Él quien no está
mostrando el camino.
“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del
mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de
la vida.” Juan 8:12.
Para poder conocer el
camino lleno de luz al que Cristo te está llevando es necesario que dejes iluminarte
el entendimiento con su palabra así conocerás más a Dios quien conoce cada
parte de nuestro ser y podemos confiar plenamente en los planes que tiene para
nosotros. Su Espíritu Santo nos da la sabiduría para un mejor entendimiento en
Él.
Jesús alumbró el mundo el
primer día y por Él se distinguió el día de la noche. Esto también sucede en
nuestras vidas en un plano espiritual, antes de entregar tu vida a Cristo,
vivías en una densa oscuridad, totalmente separado de Dios pero cuando aceptas Su sacrificio en
tu vida Él ilumina tu camino. Incluso te da el privilegio de que seas luz para aquellos
que te rodean.
La luz de la vida se
encuentra solo en Él. Jesús es el único que puede iluminar tu camino y tu
entendimiento. Nuestro Rey es el único que puede ordenar nuestros pasos con su
luz esplendorosa. Empieza hoy a reflejar
la luz de nuestro Señor en tu vida. Sé ejemplo con tus acciones para quienes te
rodean. Porque Jesús nos ha dado el privilegio de ser también la luz de este
mundo.
Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada
sobre un monte no se puede esconder. Mateo 5:14